Recuerda que yo también me sentí sola, sin embargo no culpé a los demás.

lunes, 30 de junio de 2014

Leeme

Sin saber que hacer ni cómo actuar acepte tu ausencia en mis dias con toda la normalidad que me fue posible. De un momento para el otro dejaste todo en nada, haciéndome ver que nada dura para siempre, y que los Para siempre, siempre terminan. He conocido cada aspecto de tu vida y de tu persona. Te he conocido triste, enojado, furioso con la vida y tan vulnerable que parecía que te ibas a quebrar en cualquier momento; me conoces triste, orgullosa y esperando un milagro de la vida, lloré con tus palabras y me salvaste la vida más veces de las que podes contar. Alegraste mis días millones de veces, y me sentí genial al saber que pude ayudarte algunas veces. Se, en el fondo de mi ser, que todo esto es porque pensas que necesariamente estoy enamorada de vos, por el intercambio de "puede ser" que tuvimos hace un par de semanas, y quiero explicarte un poco de esto. Me gustas de mil maneras diferentes, pero no te amo, no en la forma en que le gustas a Paulina. Me gustas porque me sorprendes, porque te admiro más que nada, porque has pasado por pila de cosas y aún seguís acá, sonriendo y siendo amable con la gente, cosa que yo nunca llegue a lograr. Me dejé llevar muchísimo porque me impactó importarle a alguien, me sorprendió lo que podías pensar, y no pensé en que podía pasar si te seguía la corriente intentando convencerme de que verdaderamente estaba enamorada o algo así de vos. Te adoro montones, y siempre me sentí agradecida de ser amigos, por eso necesitaba escribirte esto, poder expresar lo que pienso. Es el último momento en que te voy a molestar, y juro que no vas a saber más de mi a menos que quieras. Y si no lees esto voy a entenderlo; no espero una respuesta ni nada de eso, sólo busco quedar en paz y liberar tensiones. Te quiero Matías, y te deseo toda la suerte del mundo en todo lo que se te presente. La maldo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario